
A veces los caminos no se eligen: se tropieza con ellos. Ocurre así con el cooperativismo para muchas mujeres que, al buscar un modo digno y coherente de ganarse la vida, descubren —a veces por casualidad— un modelo empresarial donde el trabajo tiene sentido y el poder se comparte. “Nos enamoró la posibilidad de crear un trocito del mundo acorde con nuestros valores”, recuerda Candela Alasino, cofundadora de la cooperativa gallega Alalá. Su historia y la de otras mujeres como ella muestra cómo el cooperativismo puede convertirse en refugio y terreno fértil para un liderazgo diferente.
Más información: Cooperativas con rostro de mujer: un modelo a visibilizar – (valorsocial.info)
