
La economía social y la igualdad comparten una convicción profunda: que otra forma de organizar la vida es posible. Ambas rechazan la lógica que convierte la desigualdad en norma, el beneficio en fin último y el poder en privilegio. Ambas colocan en el centro la cooperación entre personas frente a la competencia, la democracia frente a la explotación, la dignidad frente a la acumulación.
Por Amparo Merino Segovia
Secretaria de Estado de Economía Social. Suscriben esta tribuna más de ochenta mujeres que trabajan en la Economía Social
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